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Noviembre 25: el día que no debería existir

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres y las Niñas

Desde antes de nacer, desde del momento en que nacemos y a lo largo de nuestra vida nos han acompañado: Mamá. Hermana. Prima. Sobrina. Abuelita. Tía. Madrina. Amiga. Compañera. Acompañante. Defensora. Siempre ayudándonos, siempre apoyándonos. Siempre comprendiéndonos. Luchando a nuestro lado. Sosteniéndonos. Ayudándonos a no caer, y si la caída ha sido inminente, nos ayudan no solo a levantarnos, sino a volver a caminar, ¡a correr!

Respetando la decisión de muchas mujeres para que el 8 de marzo no las felicitemos, hoy quiero hacerlo: ¡Felicidades Mujer! ¡Gracias por ser Mujer! ¡Gracias por SER! Yo a tu lado también estaré, aunque sea a la distancia, mientras me necesites. Y si, tú Mujer Trans, ¡también estás incluida en estos agradecimientos y felicitaciones!

Hoy es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres y las Niñas.

Hoy es el día que no debería existir, porque ellas no deberían de luchar por ser y estar.

Este es otro de los pendientes que los hombres les tenemos que resarcir a las Mujeres, ¡y dejar de repetir!

En todo el mundo 736 millones de mujeres han sufrido violencia sexual y/o física, al menos una vez en su vida. Cada año del 25 de noviembre al 10 de diciembre se conmemora la campaña naranja, promovido por las Naciones Unidas como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las mujeres y las niñas. Estos 15 días de activismo concluyen el Día Internacional de los Derechos Humanos.

Esta iniciativa hace un llamado a Gobiernos, al sector privado, a la Academia, a los medios de comunicación y a la sociedad civil, tras movilizarse en la prevención y erradicación de todas las formas de violencia que afectan a mujeres y niñas en todo el mundo.

Se lee muy bonito, pero en México, lo cierto es que mientras los gobiernos locales, estatales y federales no programen presupuesto para prevenir crímenes contra ellas, acciones de prevención para evitar que caigan en manos de delincuentes, y que las leyes castiguen ejemplarmente a quienes nos atrevemos a atentar de una o mil maneras contra de ellas, todo quedará en buenas intenciones, mientras la voluntad política brinque de las palabras a las acciones.

La violencia contra las Mujeres y las Niñas se genera minuto a minuto de forma física, psicológica, sexual, laboral, escolar, social, y tenemos que comprometernos a eliminar:

  • Violencia por un compañero sentimental, que se manifiesta como violencia física, maltrato psicológico, violación en el noviazgo, conyugal, social y femicidio.
  • Violencia sexual y acoso: concretamente tenemos que erradicar la violación, actos sexuales forzados, insinuaciones sexuales no deseadas, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero, acoso cibernético, acoso laboral, acoso estudiantil, acoso religioso, acoso familiar.
  • La trata de seres humanos, como la esclavitud y la explotación sexual, tienen que eliminarse para siempre.
  • El matrimonio infantil, al igual que todo lo anterior, tiene que ser legalmente castigado.
  • Aunque en México no tenemos conocimiento de que la mutilación genital infantil y juvenil ocurra, también hay que luchar para que deje de existir en cualquier rincón del mundo.

No debemos permitir que esas acciones sigan silenciadas, disculpadas, justificadas, tanto por hombres como por mujeres e instituciones privadas y gubernamentales.

ONU-MUJERES lo explica así:

Los efectos psicológicos adversos de la violencia contra las mujeres y niñas, al igual que las consecuencias negativas para su salud sexual y reproductiva, afectan a las mujeres en toda etapa de sus vidas. Por ejemplo, las desventajas tempranas en materia de educación no solo constituyen el obstáculo principal para hacer cumplir el derecho a la educación de las niñas, sino que también restringe el acceso a la educación superior a la mujer, limitando así sus oportunidades de empleo.

Aunque todas las mujeres, en todas partes del mundo, pueden sufrir violencia de género, algunas mujeres y niñas son particularmente vulnerables, ejemplo de ellas son las niñas y las mujeres más mayores, las mujeres que se identifican como lesbianas, bisexuales, transgénero o intersex, las migrantes y refugiadas, las de pueblos indígenas o minorías étnicas, o mujeres y niñas que viven con el VIH y discapacidades, y aquellas en crisis humanitarias.

La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas.

Lo que es más, la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de “no dejar que nadie se quede atrás”, no podrá cumplirse sin primero poner fin a la violencia contra mujeres y niñas.

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