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Senadora australiana se casó con su novia

La sociedad australiana las felicitó por todos los medios

Australia

Australia es una enorme isla, muy alejada de América, en la cual gobierna la monarquía, siendo su actual monarca el rey Carlos III, cuyo reinado dio inicio en 2022, cuando falleció la reina Isabel II.

Algo de lo más representativo de Australia son sus canguros, quizá por ello algunas personas piensan que es un lugar inhóspito, desértico y salvaje. Pero no es así. Australia está muy actualizada, al igual que muchos países de América. Incluso, México.

En México, aún hoy, las personas que conformamos la Comunidad LGBT+, somos víctimas de bromas dolorosas y pésimos chistes, se nos ataca de manera violenta, psicológica y físicamente, solo por no ser como algunas personas pretenden que seamos, sin respetar nuestra decisión de hablar, caminar, vestir, vivir y amar.

Y no es una queja más con el afán de victimizarnos. Se trata de hacer un breve comparativo de lo que México y Australia son, el día de hoy.

A pesar de toda la lucha que hemos dado a lo largo de las décadas por defender nuestros Derechos Humanos y Civiles, ninguno de nuestras servidoras y servidores públicos se han atrevido a vivir plenamente, públicamente, alguno de sus amores que no sean heterosexuales.

De hecho, sabemos que algunas y algunos políticos han pagado, y pagan, por tener una pareja para taparle el ojo al macho, y han llegado, incluso, a casarse con alguien heterosexual, para cumplir con el requisito.

Tenemos que recalcar que el hecho de que un servidor o una servidora pública, no estén casados, ni se les conozca una pareja, no les hace ser gays, o lesbianas, o bisexuales, y si alguna o alguno se atreviera a aceptarlo, ganaría la simpatía de la sociedad, como ocurrió, justo, en Australia.

Penny Wong, Ministra de Asuntos Exteriores de Australia, anunció que se casó con su novia, Sophie Allouache, después de haber vivido juntas durante casi 20 años.

A pesar de que la boda no fue un evento público, si subieron fotografías en sus redes sociales, donde aparecen con sus dos pequeñas hijas, Alexandra y Hanna, de 11 y 8 años respectivamente, quienes fungieron como las clásicas pajecitas que iban tirando pétalos de flores por donde caminarían sus dos mamás, instantes después, rumbo al altar.

A esa boda asistieron muchos empleados del parlamento, como Anthony Albanese, 1er. Ministro de Australia.

Penny publicó en su cuenta de Instagram varias fotografías con este pequeño mensaje: “Estamos encantadas de que muchos de nuestros familiares y amigos pudieran compartir este día tan especial con nosotras”.

Ese mensajito recibió en las tres horas posteriores a su publicación, ¡más de 1,500 comentarios de felicitaciones!, la gran mayoría deseándoles que vivieran felices como matrimonio, al lado de sus dos pequeñas hijas. Algunos otros alabando sus vestidos, y los de sus hijitas.

En Australia, el matrimonio entre personas del mismo sexo se legalizó en 2017, al convertirse en el 25º país del mundo en brindar el Derecho a toda la ciudadanía, por igual.

Esa victoria legislativa fue el resultado de décadas de acciones, particularmente de una campaña que se llamó “Campaña por la Igualdad”, por parte de la sociedad civil, campaña que originalmente, de manera pública, Penny no apoyó, ya que ella pertenece al Partido Laborista, que a pesar de ser un Partido de centroizquierda, no apoyaba ese Derecho.

A las acciones que emprendió la sociedad civil, se fueron sumando diversos personajes de la política de ese país, muchas y muchos que no formaban parte de la Comunidad LGBT+, pero que entendían la necesidad de lograr esta acción en Australia.

Esta historia nos permite meditar sobre varios aspectos en nuestras vidas, como personas LGBT+:

  • La edad para casarse no necesariamente tiene que ser en la juventud, ya que Penny tiene 55 años.
  • El hecho de que una persona pública no tenga o no presente a alguien como su pareja, no quiere decir forzosamente que la esté escondiendo porque sea de su mismo sexo. Quizá no quieran usar a su pareja como lo hacen muchos políticos hombres, que presumen a sus hermosas esposas como trofeo de caza, y mientras más rubia, más bonita, más joven, y más popular o reconocida sea, mejor les va en la obtención de cargos políticos. O quizá simplemente no tenga pareja, o si la tienen, hayan acordado no exposición ante los medios, y se tiene que respetar.
  • El hecho de que una persona, con un cargo emanado del voto ciudadano, forme parte de un Partido Político que no apoya las acciones en favor de la Comunidad LGBT+, no quiere decir que esa persona, no apoye estas acciones, o que no formen parte de la Comunidad rechazada. Algunas personas, aseguran que luchar dentro de los Partidos por nuestros temas, es más redituable, que otros que dicen que nos apoyan, sin hacer realmente nada al respecto.

Cualquiera que sea el ejemplo que queramos tomar, el objetivo es que nos ayude a meditar por quien o quienes vamos a emitir nuestro voto, porque el voto puede ser diferido.

No necesariamente se tiene que votar por todas y todos los candidatos del mismo Partido Político.

Podemos votar por diferentes personas, de diferentes Partidos. Todo va a depender de lo que esas personas se comprometan en apoyar a nuestra población LGBT+

Vota por quien o quienes quieras, pero ¡VOTA!

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