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Linteum iactare

Significa: Tirar la toalla

El manager tiró la toalla en el ring para detener la pelea, indicando que su boxeador se rendía

Cuando escuchamos la expresión “Tirar la toalla” sabemos que se usa en las peleas de box, y que cuando el boxeador o la persona que lo está apoyando en su banquillo “tira la toalla” entendemos que se rindió, y a partir de ahí, en la vida cotidiana, al escuchar esa frase o decirla, nos referimos a que se dejó o dejamos tirada alguna tarea a la mitad, porque nos rendimos.

Pero esa expresión tan común, que se usa entre los hombres fuertes y violentos del boxeo, no tiene origen ahí… El verdadero origen de esa frase tan común en nuestros días, pertenece al Siglo II d.C.

Baño estilo romano en una casa en la actualidad

En aquella época los ciudadanos romanos, jóvenes y maduros, tenían como costumbre ir a convivir a los baños termales, que hoy, algunas casas “de ricos” las mandan a hacer para disfrutar de una buena inmersión en agua caliente.

Interior de un baño romano en la antigüedad

En estos baños termales se reunían hombres de todos los estratos sociales, económicos, culturales y políticos, ya que era el lugar en el que los jóvenes iban a ligar a los maduros, y a la inversa, lo mismo que sucede hoy en Grindr, solo que allá esa conquista se llevaba a la vista de todos.

Un baño termal romano en la actualidad

Los mancebos, como se les llamaban a los jóvenes asistentes a esos baños, que eran solteros, hermosos, ambiciosos, y que buscaban ser instruidos por los mayores, usaban una toalla, con la que daban su respuesta a quienes mostraban interés, por alguno de ellos.

El Emperador Adriano y Antínoo

La respuesta que la toalla mostraba a la vista de todos, era en dos sentidos: si no aceptaban la propuesta del hombre adulto, el joven se amarraba dos nudos, demostrando así su negativa. Siendo el caso contrario, cuando aceptaban la propuesta literalmente tiraban la toalla, la cual era recogida por el adulto aceptado y entregada al joven mancebo. Cuando esto segundo ocurría, todos los asistentes al lugar aplaudían y el adulto invitaba una ronda de vino para todos iniciando así la fiesta de compromiso.

También se dice que lo ocurría ahí dentro, entre hombres, no salía de ahí, ya que muchos de los adultos que eran ricos y con títulos nobiliarios, eran casados y con hijos, y algunos pertenecían al ejército romano, por lo cual, esos secretos estaban muy bien custodiados.

Bustos del Emperador Adriano y su joven amante Antínoo, ambos exhibidos en diversos museos del mundo

Cuenta la historia que, en esos baños, Antínoo tiró su toalla a Adrián, dando ahí, en ese lugar, inicio de la histórica relación de amor entre el mundialmente conocido Emperador Adriano y el hermoso joven Antínoo, y aunque su historia de amor no tuvo un final feliz, el día de hoy historiadoras e historiadores, escritoras y escritores y poetas, se han encargado de recordar a ambos a través de las letras, y los escultores a través de diversas estatuas y bustos, que son permanentemente exhibidos en los mejores museos del mundo.

Uno de los bustos del joven Antínoo, en el museo del Louvre en Paris, Francia

Así que ahora ya sabemos de donde nació esa expresión de rendición y de entrega…

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