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Nuestras Banderas

Primeras banderas

Las banderas son un símbolo, que indican una serie de acontecimientos, que señalan elementos muy importantes del lugar o de quién la porta, que informan y cuentan una historia.

La primera que conocemos en México es nuestra bandera tricolor, verde-blanco-rojo que representa nuestra Patria y simboliza la mexicanidad.

Aunque el diseño que hoy conocemos de nuestro lábaro patrio ha cambiado a lo largo de los siglos, los colores siguen siendo los mismos, y significan: Verde: Esperanza; Blanco: Unidad y Rojo: la sangre derramada por nuestros héroes nacionales.

La bandera de Italia tiene los mismos colores, en el mismo orden, pero la nuestra, en el centro, nos está contando una historia.

Es la historia de la fundación de nuestro pueblo mexicano: un águila, parado sobre un nopal, devorando a una serpiente, que fue la señal que nuestros antepasados buscaron, caminando durante 210 años, y que era la señal de que ese era el lugar donde tenían que fundar Tenochtitlan, la raíz de nuestra historia, la actual Ciudad de México.

Cada una de las 195 banderas que existen actualmente, por cada país, tiene su propia historia. De la misma manera que el mundo cuenta con “sus” banderas, nuestra Comunidad también cuenta con las “nuestras”.

En el principio de los tiempos modernos, había un símbolo que nos daba identidad universal: el triángulo rosa invertido.

Los nazis habían usado originalmente, como símbolo de vergüenza para señalar a los homosexuales que habían sido encerrados en sus campos de concentración, un triángulo verde, posteriormente lo cambiaron por un triángulo rojo, después por el número 175, mudándose después a la letra “A”, para finalmente establecer el triángulo rosa invertido.

Los judíos presos que usaban este triángulo rosa, eran en su inmensa mayoría hombres homosexuales, hombres bisexuales, mujeres transgénero, y en ocasiones muy contadas, también se les asignó a algunos delincuentes sexuales como violadores y pedófilos, siendo así identificados, quienes portaban ese triángulo rosa invertido, como la escoria más baja de toda la sociedad.

Entre 1933 y 1944, fueron asesinados alrededor de 60 mil hombres que lo portaban.

Las mujeres lesbianas, las mujeres bisexuales y los hombres trans, no fueron encarceladas, pero si clasificadas como “antisociales” y se les obligó a portar un triángulo negro.

Durante muchos años, en México y en el mundo, portar ese triángulo en cualquier tipo de afiche, ya fuera pintado en una playera, en una gorra o en una chamarra, te identificaba como alguien que luchaba por la visibilidad, pensábamos entonces, pequeño grupo de hombres y mujeres que no se identificaban como heterosexuales, siendo así un fuerte símbolo de rebeldía social y de disidencia sexual.

En las primeras Marchas del Orgullo en la Ciudad de México, el triángulo rosa invertido fue la imagen más vista.

En aquel principio, la Comunidad LGBT éramos una sola, y a pesar de que ya teníamos un símbolo muy sólido, como lo era el triángulo rosa invertido, el cual se portaba con orgullo, aunque la sociedad ignorara su significado, se sabía que era un símbolo de dolor, de desesperanza, de muerte, y que se necesitaba usar algo alegre, algo que tuviera luz, algo con lo que nos identificáramos desde el amor y la alegría de la vida, y no desde la culpa, la vergüenza y la muerte.

Justo el año anterior, 1978, Gilbert Baker, había diseñado una bandera de ocho colores, dispuestos horizontalmente, en donde el rosa encabezaba la fila y representaba la sexualidad; el rojo, la vida; el naranja, la salud; el amarillo, el sol; el verde, la naturaleza; el turquesa, la magia y el arte; el azul o índigo, la armonía y la serenidad; y el violeta, el espíritu.

Esta bandera, que fue recibida inmediatamente con alegría por la Comunidad LGBT universal, cuenta la leyenda urbana, que fue inspirada en la canción “Over the Rainbow” de la película de “El Mago de Oz”, interpretada por Judy Garland, cuya muerte fuera también el pivote para iniciar la lucha por los Derechos de la Comunidad LGBT mundial.

La primera Bandera Arcoíris, contaba con ocho colores, pero debido a lo complicado y caro que era adquirir las telas en esa gama de colores, para poder hacerla accesible, el mismo Baker tuvo que rediseñarla, dejándola como ahora es conocida mundialmente, logrando su cometido: ser identificados desde la luz, el amor, la felicidad y la alegría de vivir, a quienes la portamos y la ondeamos con una sonrisa de orgullo y dignidad.

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