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Chemsex

Sexo + Drogas

Doctor Ricardo Baruch

Continuando con el tema del VIH, del SIDA y de otras Infecciones de Transmisión Sexual que aquejan a todas las personas por igual, sin distinguir orientación sexual, identidad o expresión de género, edad, nivel socioeconómico o cultural, hoy retomaremos algunas declaraciones que el doctor Ricardo Baruch brindó a Myriam Vidal, del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

Ricardo Baruch, activista e investigador en salud y Derechos Humanos, es maestro en salud pública y doctor en ciencias por el Instituto Nacional de Salud Pública de México. Ha desarrollado diversas investigaciones en materia de salud de la comunidad LGBT+, prevención del VIH e infecciones de transmisión sexual, y políticas de drogas. El maestro Baruch fue la primera persona a quien escuché mencionar y explicar lo que es el Chemsex, sin imaginar que con el paso de los años, esta acción sería muy popular en México, causando estragos principalmente en la población juvenil GBT+

¿Qué es el Chemsex?

Es una práctica en la que, al momento de tener sexo, se consumen diferentes tipos de drogas, buscando mayor satisfacción. Cuando esto ocurre, en ocasiones, se pierde conciencia del peligro de poder adquirir una Infección de Transmisión Sexual, poniendo en riesgo nuestra salud, y la de las personas con quienes sexamos.

Ricardo Baruch: “El ChemSex es un fenómeno que en México está todavía muy enfocado en ciertos espacios, particularmente en grandes urbes, donde la comunidad gay es numerosa e implica varios fenómenos que tienen que ver, por un lado, con la libertad sexual, pero también con la disponibilidad de las drogas y el hecho de que haya personas que conozcan cómo algunas de estas pueden funcionar para el mayor placer sexual”.

“En México resulta más complicado tener acceso a las sustancias que se usan para esta práctica en otros países, como la Mefedrona o la Ketamina; las prácticas sexuales intensas para hombres gay no son tan comunes acá. No hay tanta gente que busque esas experiencias ni necesariamente hay espacios para hacerlo, cosa que sí sucede en ciudades como Londres, Barcelona o San Francisco”.

En México no existen protocolos de atención en cuanto a la información y prevención de los riesgos para la salud, en cuanto al Chemsex, práctica que se está popularizando en diversos estratos sociales y en cuyas repercusiones pude estar el VIH.

Sin embargo, existe la Profilaxis previa a una exposición (PrEP), y también existe la PeP, que es la Profilaxis posterior a la exposición.

Ambas profilaxis se supone que están disponibles en los CAPASITS, IMSS, ISSSTE, sin embargo, obtenerlas requiere de todo un proceso administrativo largo y molesto, por lo que las personas terminan por no buscarlas, y por lo tanto no usarlas.

“Los hombres que tienen sexo con hombres y las mujeres transexuales siguen siendo las poblaciones más afectadas por los nuevos casos de VIH en México. Debería haber campañas y actividades dirigidas específicamente para las personas que practican el ChemSex porque se ponen en un riesgo altísimo de contraer VIH, y aunque no son muchas, también deberían tener acceso a servicios de salud mental y de tratamiento en el tema de drogas”.

“Quienes llevan a cabo esta práctica no son adictos a las drogas, sino usuarios ocasionales, pero también en esa población se necesita de servicios que mitiguen los daños, para que estas personas puedan realizar actividades recreativas sin comprometer su salud”.

“Creo que las autoridades que trabajan en el área de la salud en nuestro país están bastante conscientes de las circunstancias pero es más bien la clase política la que no ha entendido la necesidad de aumentar y mejorar los temas relacionados con la prevención”.

Esta declaración marca uno de los puntos rojos de atención a la salud que se tienen que legislar más temprano que tarde y así evitar desenlaces fatales, y que la situación se salga de control con el paso del tiempo.

La realidad es que este tipo de prácticas se pueden ir acrecentando, y tenemos que prepararnos social, médica, psicológica y políticamente para darle solución sin un enfoque de moral represora o de castigo religioso.

Ya vivimos la represión por parte de las autoridades, la sociedad, la iglesia cuando en los 80s informábamos sobre el uso adecuado del condón, y explicábamos que al informar cómo es, de qué manera se usa adecuadamente, que puede ocurrir si no lo usamos, no estábamos incitando a las y los jóvenes para que fueran a tener relaciones sexuales en cuanto tuvieran el condón en sus manos, lo que estábamos previniendo era que, cuando decidieran tener relaciones sexuales, ya fuera saliendo de la escuela, en un mes, en un año o dentro de 10, supieran como prevenir un serio problema de salud.

Ahora nos topamos con una nueva situación de vida, y ya vimos lo que ocurrió cuando en los 80s la moral y los castigos divinos le ganaron al desarrollo natural de todos los organismos vivos.

Es nuestra salud, física y mental, la que está en juego al ser parte y pertenecer a una misma Comunidad, por esto debemos de buscar la visualización de estos temas que afectan no solo a las personas GBT+ si no a la sociedad en general.

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